la muerte del líder terrorista es importante para hacer una evaluación política al proceso seguido hasta ahora y que desde un principio fue impulsado por acciones guerreras totalmente desproporcionadas, que complicaron más la situación, expandiendo el conflicto y creando nuevos enemigos que se han agregado a los impulsores de los ataques terroristas. Las guerras en vez de disminuir, aumentaron las células y los movimientos de carácter terrorista.
En ese orden de ideas, la muerte de Osama Bin Laden es significativa en un sentido pero en otro no. Es significativa porque él se había convertido en la imagen inspiradora de las células terroristas y al eliminarse esa cabeza, muchos de los movimientos o grupos seguidores de sus ideas, hoy se han quedado sin el líder que los cohesionaba. No lo es porque después de las guerras emprendidas para combatir esos grupos han surgido nuevas células con los mismos objetivos y no ligados a Bin Laden. Por eso, tienen razón aquellos que afirman, que si bien es cierto que la muerte de Bin Laden es un duro golpe al movimiento terrorista, no es menos cierto, que su muerte no significa la desaparición total de este movimiento y por tanto, hay que esperar sus reacciones.
Otro elemento importante que hay tomar en cuenta a la luz de la muerte de Bin Laden, es que el terrorismo como instrumento para lograr objetivos políticos no tiene sentido, sobre todo, por su marcado efecto negativo en la población civil y el sacrificio de personas inocentes y por su nula efectividad en enfrentar ejércitos organizados. Las experiencias históricas son abundantes en este sentido. La muerte de Bin Laden y la desarticulación a largo plazo de sus células es un ejemplo notorio de lo que decimos.
Por otro lado, el desplazamiento masivo de fuerzas organizadas para enfrentar pequeñas células tiene los inconvenientes de causar efectos colaterales mayores que los fines que se quieren obtener y conducen a crear problemas peores que los que se quieren solucionar. Los casos de las invasiones de Irak y Afsganistan son evidencias de esta situación. Hoy no se encuentran estrategias de salida a ambos casos. Además, las pérdidas de vidas y los costos han desbordados los fines que se buscaban y al final, el causador del gigantesco desplazamiento militar fue eliminado por una pequeña unidad armada fuera del escenario donde se buscaba.
De manera que, la muerte de Osama Bin Laden, debe servir como punto de partida para redirigir y reevaluar las estrategias hasta ahora seguidas para enfrentar el terrorismo, tanto a nivel local como internacional.
ASI LE QUEDO EL ROSTRO A ESTE TERRORISTA QUE MATO MILES DE VIDAS INOSENTES
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